miércoles, 30 de marzo de 2016

El trastorno de la personalidad del fanatismo religioso


Esta manana, una amiga publicó el link a un interesante estudio sobre el fanatismo religioso, más bien sobre el desorden de personalidad de los fanáticos religiosos, lo que me llevó a pensar en el tweer de la sra. von Beverfoerde que leí ayer. Ella dice, comentando un artículo de David Berger (antes dirigía una revista "católica" ultraconservadora, del estilo filo-lefevbrista, hasta que lo descubrieron en foros homosexuales y se dieron cuenta que era homosexual).


Dice; "Tenemos sólo dos posibilidades: por nuestra patria Europa, luchar o morir. Una sola de ellas es para mí elegible".

Oh no! Dónde está mi kalaschnikov. Yo no sé si esta gente se da cuenta de lo que dice/escribe/propaga...

El estudio se titula On Religious Fanaticism A Look at Transpersonal Identity Disorder, de John Firman and Ann Gila. Se refiere más bien -a mi modo de ver- a los fanáticos del lado "cristiano", esta vez no del musulmán. Existen y son capaces de muchas cosas muy malas. No sé si alguien se acuerda de ese joven mexicano que, en la Jornada mundial de la Juventud en Madrid, tenía en su laptop el plano de una bomba y llamaba a hacerla explotar en el lado donde estaba un grupo que protestaba contra los jóvenes que habían acudido a la Jornada.

De partida, tengo que decir que, para mí, la religiosidad auténtica es totalmente contraria al fanatismo religioso. Traduzco para Uds. el abstract del estudio:

Nuestro mundo de hoy está desgarrado por los hombres y mujeres que afirman que Dios está de su lado, y que, seguros de la rectitud de sus posiciones, intentan perpetuarla mediante actos de destrucción violenta. Tales individuos son impulsados ​​por la certeza de que ellos conocen las verdades sagradas y por lo tanto están moralmente obligados a hacer todo lo que esté a su alcance -sin importar cuántas personas pueden sufrir- para actual de acuerdo a estas verdades. 
Junto con su inflado sentido de la rectitud personal, la certeza moral, y la pureza ideológica, presentan una tendencia a deshumanizar e incluso a demonizar a los que se oponen a ellos. Aunque este trastorno puede ser llamado "fanatismo religioso", los afectados no tienen ojos salvajes y enloquecidos. Todo lo contrario: se presentan como personas reflexivas y responsables inspiradas en el más elevado de los ideales. 
Sin embargo, su absoluta confianza en sí mismos pueden llevarlos a querer una destrucción masiva en aras de un supuesto bien mayor. La deshumanización de sus oponentes (son considerados no humanos, nota del blog). Todo este desequilibrio indica un trastorno de la personalidad. 

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